jueves, 19 de diciembre de 2013

Crónica del día 8 de Diciembre

Tres semanas después, tocaba de nuevo cazar en el coto. Cuando supe que no cazaríamos en este tiempo, pensé que al menos, cuando volviéramos a cazar, hubiera cambiado algo el tiempo, que lloviera y así el terreno estaría mucho mejor. Nada de eso. El frío que hace a primera hora de la mañana se diluye rápido con el paso de las horas y al no haber caído ni una gota, el terreno ya se sabe como está.

Esta vez el corredero que nos tocaba era Torrelegua, siempre he oído hablar de esta esta zona, pero nunca había cazado en ella. En este sitio era donde más estaba costando correr, que no había tantas liebres como en otros sitios del coto, pues si correr 23 liebres y ver más de 15 largas son pocas......apaga y vámonos.

De estas 23 liebres que se corrieron, se dieron muerte a 6, de las cuales, una estaba preñada y otra mataron a los 5 segundos.

En esta jornada nos acompañaban los hermanos Arias. Las tres primeras carreras, entre ellas una de mi amigo Jaime, buscaron de momento el olivar, no hubo carrera, se vieron varias liebres largas pegadas al olivar.

Una vez alejados del perdedero, salieron buenas liebres. Una de ellas le tocó a mi amigo Jaime, dando los perros muerte en 01:15, donde el macho colorado llegó primero a liebre, pero se vino pronto abajo, tomando el mando de la carrera Manuela, gustando conforme pasaba la carrera. La anécdota la pusieron dos cachorros de 6 y 7 meses llegando a la muerte de la liebre.

Luego hable con un compañero de la cuerda, que al tener los perros tocados de las manos, nos dejó correr la perra berrenda de los Arias, esta es la carrera que mencione antes de 5 segundos, entre que le dio poca ventaja y la liebre que con la gavia se giró sola, ésta se metió en la boca de la perra, una pena.

Después de varias carreras, era turno para Destino y una perra negra de los Arias. La liebre buscó rápido el olivar, a los 30 segundos ya estaba en él, en lo poco que pudimos ver, Destino estuvo siempre delante, una vez dentro del olivar no vimos nada de la carrera, lo que sí vimos es aparecer al perro por la calle que había entrado corriendo y a la perra olivos más abajo con la liebre en la boca. Era una liebre nueva, que no nos pareció ser la que habían corrido, pero a saber lo que pasó, todo son suposiciones.
Después de esta carrera, llegó otra anécdota, mi amigo Jaime, metiendo los perros en el carro, soltó al macho colorado con la casualidad de que sale una liebre en ese momento de la cuerda y sin poder cogerlo se unió a la carrera, carrera parecida a la anterior, liebre que sale del llano y que matan pronto dentro del olivar.

La calor se nos echaba encima, suele pasar, que como uno se abriga más por la mañana, empieza a sobrar toda la ropa cuando son las 12 de la mañana. La mayoría acabó en manga corta, y eso que estamos en pleno diciembre.
Cruzamos el olivar, buscando un raso que hay, para dar con las liebres que quedaban para terminar.

En esta parte del corredero, corrió Destino con la perra Berrenda, de momento la liebre entró en el olivar. Destino tropezó y pegó una voltereta, pero se repuso, aunque lo que nos iba dejando ver los olivos era la berrenda dominando siempre y a 3-4 pasos el perro. La liebre quiso buscar el llano de nuevo, la perra perdió pie, aprovechó el perro para ponerse delante y llegar a liebre, se puso de nuevo la berrenda y dejamos de ver. El amigo Salva paró el cronometro a los 02:15. Los olivos de esta zona son amplios y separados, se puede correr mediana mente bien. La liebre llegó al tubo, la perra Berrenda gustó, tiene chispa y llega bien a liebre.
Hasta la próximo amigos.



Espectacular corredero el del día de hoy.





Mi amigo Jaime con los hermanos Arias, amigos también.

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