miércoles, 9 de diciembre de 2015

Sin lucha no habrá victoria para el galgo

Por Melisa Vara Orozco, bloguera de El Rincón del Pensamiento

La semana se hace eterna, las carreras se imaginan y los galgos miran a sus dueños sabiendo que ambos comparten el mismo deseo, ver a la liebre levantar de la cama con ágiles movimientos. Amanece, y antes de que el gallo cante, la cancela ya está abierta y la ilusión puesta en los cachorros, esos que llevas preparando todo el año con tanta dedicación. La tensión se inyecta en las venas cuando entras en la mano, la vista se convierte en la mayor virtud y los demás sentidos se nublan, ¡aquí está! El corazón se para, se detiene hasta el aliento, el cosquilleo llega a los dedos y tras dar la respectiva ventaja, abres la mano y salen de la traílla esa collera de atletas dispuestos a deleitarte con su codicia. Los lances se convierten en emociones que son incapaces de salir al exterior, tu perro va el primero demostrando que todo el trabajo realizado ha merecido la pena y ya no importa nada más, eres feliz con tan solo verlo correr. La rabona demuestra su valía y bien parece alcanzar la velocidad de la luz, los pierdes de vista, pero pasados unos minutos tu cachorro aparece con paso firme hasta que la deja caer a tus pies. Es en ese momento cuando rompes a llorar y comprendes que la unión que tienes con tu galgo es infinita e íntima y que nadie tiene derecho de privarte de ese instante de complicidad. Y qué sería de estos días sin terminar con una buena comida recordando cada carrera y reviviendo aquellos pases que no puedes olvidar mientras que brotan piques sanos para el domingo siguiente. Todo esto puede acabar, ¿qué estás haciendo para evitarlo?

Ser galguero es una forma de vida, ellos están presentes en tu familia, en tu día a día y se convierten en fieles amigos que dan todo sin pedir nada a cambio. Este deporte no es caza, es algo más y por eso no podemos ni debemos renunciar a él. En los últimos meses el colectivo galguero está sufriendo continuos ataques de los cuales no se está defendiendo, tan solo nos dedicamos a echar la culpa de unos a otros sin afrontar el problema de frente. Y mi pregunta es: ¿cuál es el origen de la situación actual? Ni protectoras, ni partido animalista, la culpa la tenemos nosotros mismos. El mundo del galgo está evolucionando y a la par debería hacerlo la concienciación hacia este deporte, debemos hacer individualmente una autocrítica y mejorar. ¿Por qué exigir a los demás, tanto instituciones como personas, a que actúen contra esto cuando quizá sencillamente conozcas a un “poseedor de galgos” que hace atrocidades con los perros y no lo denuncias? El caso de abandono y maltrato de galgos es minoritario pero existe y debe terminar porque la imagen que estamos recibiendo no es la que corresponde con la realidad, no somos asesinos. Si nosotros no cooperamos y luchamos desde dentro, nuestros hijos no saborearán lo que es una carrera emocionante ni tampoco probablemente lo que es un galgo. Pedimos responsabilidad a las federaciones pero, ¿estamos dispuestos a apoyar sus iniciativas o seguiremos esperando a que otros luchen por nuestra afición? Criar y preparar galgos es una labor importantísima pero no la única que se puede hacer en este momento ya que si finalmente se prohíbe la caza con galgo nada de eso tendrá sentido. En el Campeonato de España se reúnen cerca de 20.000 personas, ¿dónde están?

Federaciones de galgos, Partido Animalista, protectoras, vamos a unirnos y a encontrar una vía de consenso en la cual tan solo prime el interés animal y no el económico. Si cada uno rema en una dirección lo único que haremos será partir el barco y será entonces cuando no habrá solución. Ahora es el momento de que los galgueros pongamos de nuestra parte y de que las
federaciones nos guíen por el camino correcto, no os quedéis quietos o quietos se quedarán nuestros galgos el resto de su vida.