martes, 13 de noviembre de 2018

COSIUS, EL CAMPEÓN INDIGNO por Luis Sanz



 Hace unos días en un grupo de Whatsapp administrado por Juanca, entre los muchos e interesantes debates que se comentan salió la conversación de los machos que habían sido Campeones de España y terminó en que si Corzo y Cosius eran hermanos o padre e hijo y en ese momento recordé una historia que me contó José Enrique Martínez y que quiero compartir con los lectores del blog de galgos.

 Leopoldo Ros Torres era un aficionado al mundo del galgo que revoluciono la crianza del mundo del galgo y creó una raza que se ha heredado a través de los años, fue el fundador de la conocida escuela galguera de Torrejón de Ardoz. Leopoldo era propietario de galgos de canódromo y transmitió sus conocimientos a los galgos de campo, conceptos que entonces nadie entendía con claridad y que hoy son la base de la crianza de galgos de competición: perreras individuales (cuando entonces todos los perros se criaban juntos) para facilitar las atenciones y cuidados de cada galgo, comida pesada (impensable para aficionados galgueros en la década de los 60-70), entrenamiento sin correr liebres (para la mayoría el único sentido del galgo era como cazador de liebres en aquel entonces)

Leopoldo además de galgos también tenía caballos y era normal sentirse atraído por estos animales para los chavales que iban por las instalaciones de Leopoldo que podían aprender enseñanzas novedosas sobre galgos y poder montar a caballo, hubo algunos alumnos aventajados de la escuela de Leopoldo entre los que cabe destacar a José Enrique y Manolo el Guarda, dos enciclopedias galgueras.

Corzo había sido Sub-campeón de España y era un semental muy cotizado en la zona centro. Un amigo de José Enrique tenía una galga blanca buenísima y estaba en celo y los dos jóvenes decidieron que sería una buena idea echarla a Corzo y sin contar con nadie y con la valentía y confianza que da la juventud se presentaron en casa de Leopoldo a cubrir, cuál fue su sorpresa cuando  Leopoldo Torres les dijo que no la podía cubrir, que tenía muchos compromisos y de perras de reatas envidiables y que no se la podía cubrir con Corzo. Los muchachos llenos de desolación volvieron de camino a Torrejón de Ardoz. Cuando José Enrique llega a su casa le dice su padre que ha llamado por teléfono Leopoldo y que se sentía dolido por la situación y que fueran al día siguiente a cubrir la perra.  Sin lugar a dudas la alegría que llevaban los dos jóvenes al día siguiente a cubrir la perra no tenía nada que ver con la tristeza del día anterior.

En el parto hubo pocas hembras y decidieron dar a Leopoldo dos machos uno barcino como Corzo y otro blanco como su madre, a Leopoldo no le hizo ninguna gracia que no le dieran ninguna hembra y mucho menos que le dieran uno blanco, un color indigno de Corzo. Se lo tomo con cierta ironía y como quiera que en aquella época había un boxeador que se llamaba Cassius Clay que estaba marcando historia por sus victorias, su peculiar manera de boxear, sus movimientos de piernas,…decidió poner a un perro Cassius y al otro Clay. Desgraciadamente Clay se calló a un pozo y se murió y de esa camada solo quedó el blanco que no le gustaba mucho. Ahora bien, llevar a vacunar de la rabia y hacer la cartilla poniendo nombre extranjero tiene sus consecuencias, y en este caso fue que al escribir el nombre del mediático boxeador el nombre “castellanizado”  resulto ser COSIUS.

El resto de la historia ya os la conocéis, ni mas ni menos que CAMPEON DE ESPAÑA en 1970, el galgo blanco que llego por la puerta de atrás a las perreras y se convirtió en semilla de la línea de extraordinarios perros blanco de Torrejón de Ardoz.