lunes, 2 de septiembre de 2019

Liebre s.o.s

Y llegó septiembre, tiempo de cambios, aunque aún nos quitemos el sudor de la frente por el calor, que como es normal, hace los primeros días de este mes. Pasaron los peores meses y el tan ansiado octubre, empieza asomar en el horizonte. Hay algo especial en el ambiente, los días cada vez más cortos de luz, nos lo recuerda. Las mismas charlas con los amigos todos los años cuando llega esta fecha, ¿se ven liebres este año?, era la pregunta más común, pero por desgracia, el panorama ha cambiado. Llegó septiembre, pero la ilusión y la alegría se perdió, ya no preguntamos si hay liebres, la pregunta que nos hacemos ahora es: ¿que va a pasar con esta afición? y el encogimiento de hombros es la más sincera respuesta.

La enfermedad de la liebre ha sido un mazazo muy duro que ha hecho relucir lo mejor y lo peor que llevamos dentro las personas, como dije y defendí el año pasado, los cotos que no habían sufrido la enfermedad, era lógico que deberían de seguir con su actividad cinegética, hasta que, como pasó en Mairena del Alcor, azotara la mixomatosis, entonces lo normal, como se hizo, fue no cazar más. He escuchado de todo, algunos pensamientos más acorde a siglos pasados, de lo que deberíamos de hacer en esta situación en la que nos encontramos. Algunos cotos han cerrado este año la veda, y en otros, darán muy pocas cacerías. Es lo más sensato, lógico y normal que se haga esto, parece mentira el tan poco miramiento y poco respeto que estamos teniendo por un animal que es lo que da TODO el sentido a esta pasión. Sin la liebre, ese animal que se ha cazado fuera de veda, que se ha cazado con barro, al que se le ha soltado en muchas ocasiones más de 2 perros, la liebre, ese animal que ha muerto por centenas a manos de los escopeteros, de la carretera y de las alimañas, sin la liebre, a la que estamos pisoteando,  ha dado para escribir un libro, para contar en los bares y entre amigos la más entrañable de las anécdotas, para alzar a la gloria a grandes campeones, la liebre es ese animal que te sube las pulsaciones cuando vas con tu collera de galgos y la ves en la cama. Este animal está pasando por tan mal momento, que nosotros, en vez de ayudarla, le damos otro empujón para que quede al borde del abismo (sino lo está ya en algunas zonas)

Tenemos que comprender que la enfermedad sigue, que seguirá hasta que se saque una vacuna y que las pocas que van quedando, son el futuro de su propia especie y de esta afición, todos sabemos que la liebre no cría como el conejo y que va a costar muchos años que se vuelva a la normalidad.


Mientras tanto, miro la vida pasar, y no sabes cuanto cuesta aceptar que la afición de los galgos, como yo conocí, nunca volverá.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.