Salsa ha sido una perra muy especial, por ser la primera galga que
criamos y sobre todo por su carácter y comportamiento tanto en el campo como en
casa. Desde los tres meses la sacábamos al campo practicamente todos los días y
era asombroso como corría detrás de todo lo que se movía. Era energía pura,
disfrutaba al máximo de sus paseos por el campo y llegaba a casa agotada y
feliz.
Con ocho meses corrió con una hermana una liebre pequeña y
era impresionante con que ganas corría y sin parar de ladrar a la liebre, que
por supuesto no alcanzó.
Con nueve meses mordió por primera vez una liebre que no se
dejaba quitar del perro adulto, y a partir de ese momento fue autentica
ansiedad lo que sentía cuando salia la liebre. En las jornadas de caza era
imposible sacarla de la mano y con su cabeza corría todas y cada una de las
liebres que salían en la jornada, era un espectáculo el que montaba cada vez
que salía una liebre.
Nació el 27 de Abril del 2002 y compitió los campeonato
2003-2004 y 2004-2005.
El primer año pasamos previas y en octavos nos tocó con Marquesa, una perra muy rápida que corrió el
Nacional en Barcience y creo recordar que fue la única de Castilla-león que
pasó a Cuartos. Nos ganó en dos liebres de 1,05.
En 2004-2005 corrimos la final de nuestro grupo en Medina
del Campo y perdimos claramente con Jarana.
El campeonato que hizo fue de un mérito enorme pues corrió
todas las fases con un dedo inflamado y con el terreno muy áspero todos los
días.
En octavos corrió una nula de 3,30. Cada perra se fue con
una liebre. Ganamos el primer punto con mucha claridad, corrimos una nula en
una suelta de cara al pinar y Salsa se lió por los pinares a correr liebres y
apareció por otro pinar agotada, justo cuando nos tocaba entrar en trailla,
perdió el punto y pensamos que la eliminatoria estaba perdida. En el punto
definitivo las dos perras estaban muy tocadas y podía pasar cualquier cosa, la
otra perra se paró y Salsa no solo corrió esa liebre, sino que se volvió a
empalmar con otra. La Codicia de Salsa era enorme, yo diría que excesiva, pues
se desgastaba muchísimo durante la jornada por la ansiedad que la producía cada
liebre que salía, pero se sobreponía a todo.
Javi la seguía con el caballo y me decía que se sentía mal,
pues no era capaz de cogerla nunca si no mataban liebre, pues ella siempre
seguía buscando liebre, y la daba igual si era liebre o zorro como ocurrió en
la final.
Carmelo que la llevaba siempre en la mano la sufrió todo el
campeonato, pues como antes decía cada liebre que salía había que tener mucho
cuidado para que no se soltase.
En casa también ha sido una perra muy especial, conocía
todos nuestros movimientos y sentía y sufría lo que nosotros sentíamos y
sufríamos. El día de la final mi mujer tuvo un problema de salud imprevisto y
repentino, justo antes de salir para el campeonato y cuando la fueron a coger
mis hijos no quería ir, cuando en circunstancias normales era una alegría y
alboroto enorme. No lo quiero utilizar
como escusa, pero estoy convencido que la perra no tuvo el mismo comportamiento
ni dio el mismo rendimiento en el campo, pues no pudimos asistir ni mi mujer ni
yo.
Después disfrutamos
muchas jornadas de caza con ella, pues siempre daba la cara, en todas
las circunstancias.
Los últimos años los ha pasado junto a nosotros en el salón
de casa como un miembro más de la familia, con sus paseos diarios por el campo y
controlando todos nuestros movimientos y con una sensibilidad especial ante
todo lo que sucedía, pero siempre conociendo su sitio y su espacio, el que le
correspondía como animal querido, pero nada más.
Al ser una perra tan especial y que ha convivido tan
estrechamente con nosotros, la perdida es
más dolorosa, pero nos queda la satisfacción de saber que Salsa fue feliz junto a nosotros.