martes, 3 de septiembre de 2019

Cavando nuestra propia tumba

"Una vez que una especie se extingue, ninguna ley puede hacerla regresar: se ha marchado para siempre" Allen Solomon, ecólogo

Quizás no hay que ser tan alarmista, pero viendo la situación actual de la liebre, y el futuro que les espera, esto puede convertirse en una profecía para esta especie. Quizás nunca llegue a este extremo, pero si sigue la enfermedad (aparte de las alimañas y los líquidos tan perjudiciales para ellas), si siguen tirándole con la escopeta y sigue sobre todo las competiciones, la caza con galgos, como hemos conocido hasta ahora, llegará a su fin o quizás a unos años de eterna espera. Que el número de liebres con el paso del tiempo ha ido cayendo en picado, es algo que todos los galgueros sabemos, queda ya como un lejano recuerdo aquellas temporadas donde una collera de galgos corría 60 o 70 liebres, donde lo normal era correr domingos y un día entre semana, que en los sitios libres había liebres y que en cualquier coto la abundancia de las rabonas era la nota dominante, pero eso pasó a la historia y conozco cotos, que en su día le quitaron "la madre" y nunca volvió a tener una liebre, llanos dejados de la mano de Dios, convertidos en un desierto, esto está pasando ahora mismo, la mixomatosis está arrasando por donde pasa, y si ya el año pasado murieron grandes cantidades de liebres, este no iba a ser menos, estamos cogiendo de la mano a esta maldita enfermedad y llevando al límite a una especie que es la única que da sentido a esta afición.

Pero llega una nueva temporada y las competiciones se acercan y claro, hay que llevarlas a cabo, porque para los que manejan el tinglado, es más importante la competición que la liebre en sí. Pero no pasa nada, sino hay liebres, eliminamos en 2 jornadas de caza al que ejerza de anfitrión poniendo corredero, pero las que se haga cargo la f.a.g no, para eso se pegaran una semana si hace falta, pero la culpa es del que paga y quiere correr como sea. Pero esto no queda aquí, si un club ya eliminado, tuviera que poner corredero para un tercero y después de las 2 jornadas, no se hubiese terminado la collera asignada, el club que aporte el corredero será sancionado con un año sin competir al ser declarado el mencionado corredero "no apto" ¿y que coto hoy día es apto para llevar a cabo unas provinciales? ¡si el año pasado ya costó la propia vida sacarlas adelante!

Se me criticó el año pasado cuando dije que las federaciones tenían una oportunidad única de suspender las competiciones, para dar una gran imagen al mundo y hacer ver, que los galgueros, somos personas amantes de los animales y que mirábamos por nuestro bien más preciado: la liebre, pero que equivocado estaba, como lo estaba cuando pensé que las normas de este año iban hacer distintas, hubiese preferido que hubieran eliminado las fases previas, aunque algún club quedara perjudicado, que se iban a correr todas las fases menos las semifinales o final a un punto o si llegado el momento de no poder acabar bien las provinciales, suspenderlas.

Seguir, seguir compitiendo, seguir matando las liebres que un día echareis en falta, pero por favor, no llamaros deportistas, ya se que os importa una mierda , a muchos de ustedes solo os importa vuestro ego, vanidad y orgullo.

Que tengáis unas buenas provinciales y la cantidad de liebres en los cotos, me calle la boca.


lunes, 2 de septiembre de 2019

Liebre s.o.s

Y llegó septiembre, tiempo de cambios, aunque aún nos quitemos el sudor de la frente por el calor, que como es normal, hace los primeros días de este mes. Pasaron los peores meses y el tan ansiado octubre, empieza asomar en el horizonte. Hay algo especial en el ambiente, los días cada vez más cortos de luz, nos lo recuerda. Las mismas charlas con los amigos todos los años cuando llega esta fecha, ¿se ven liebres este año?, era la pregunta más común, pero por desgracia, el panorama ha cambiado. Llegó septiembre, pero la ilusión y la alegría se perdió, ya no preguntamos si hay liebres, la pregunta que nos hacemos ahora es: ¿que va a pasar con esta afición? y el encogimiento de hombros es la más sincera respuesta.

La enfermedad de la liebre ha sido un mazazo muy duro que ha hecho relucir lo mejor y lo peor que llevamos dentro las personas, como dije y defendí el año pasado, los cotos que no habían sufrido la enfermedad, era lógico que deberían de seguir con su actividad cinegética, hasta que, como pasó en Mairena del Alcor, azotara la mixomatosis, entonces lo normal, como se hizo, fue no cazar más. He escuchado de todo, algunos pensamientos más acorde a siglos pasados, de lo que deberíamos de hacer en esta situación en la que nos encontramos. Algunos cotos han cerrado este año la veda, y en otros, darán muy pocas cacerías. Es lo más sensato, lógico y normal que se haga esto, parece mentira el tan poco miramiento y poco respeto que estamos teniendo por un animal que es lo que da TODO el sentido a esta pasión. Sin la liebre, ese animal que se ha cazado fuera de veda, que se ha cazado con barro, al que se le ha soltado en muchas ocasiones más de 2 perros, la liebre, ese animal que ha muerto por centenas a manos de los escopeteros, de la carretera y de las alimañas, sin la liebre, a la que estamos pisoteando,  ha dado para escribir un libro, para contar en los bares y entre amigos la más entrañable de las anécdotas, para alzar a la gloria a grandes campeones, la liebre es ese animal que te sube las pulsaciones cuando vas con tu collera de galgos y la ves en la cama. Este animal está pasando por tan mal momento, que nosotros, en vez de ayudarla, le damos otro empujón para que quede al borde del abismo (sino lo está ya en algunas zonas)

Tenemos que comprender que la enfermedad sigue, que seguirá hasta que se saque una vacuna y que las pocas que van quedando, son el futuro de su propia especie y de esta afición, todos sabemos que la liebre no cría como el conejo y que va a costar muchos años que se vuelva a la normalidad.


Mientras tanto, miro la vida pasar, y no sabes cuanto cuesta aceptar que la afición de los galgos, como yo conocí, nunca volverá.




sábado, 9 de febrero de 2019

Senda, una galga para el recuerdo por Javier Sanchez

Senda es hija de una perra nuestra llamada Bala, que compitió en la copa Castilla en Madridanos (Zamora) y de un perro de Tarazona de la Guareña que se llamaba Blanco, hijo de la conocida Anita. Nació en el año 2004 y de todas las cachorras era la más peculiar. Fue la primera galga blanca que hubo en casa y desde la primera vez que la vimos correr supimos que tenía un potencial increíble. Era codiciosa, agachaba la cabeza, metía la liebre entre las manos y corría sin salirse de la trayectoria de esta (un espectáculo verla correr). Creímos que era la candidata perfecta para representar a nuestro club “El lebrel zamorano” y así fue como en el año 2006 fuimos a Cantalapiedra. Tuvimos la gran suerte de completar todas las pruebas, hacer grandes amigos y correr aquella final con Zoilo de Benito Cubero.

En 2007 en Quintana de la Serena (Badajoz) corrimos octavos de final con una perra de Cipri llamada Lanera, ganando las dos carreras, debido a nuestra falta de experiencia en campeonatos, la extrema dureza del terreno y la codicia que tenía, Senda se dañó muchísimo y no conseguimos recuperarla para cuartos de final donde caímos con la galga Fauna de Ángel (si no me traiciona la memoria). 

Tuvimos más culpa nosotros que ella que lo dio todo. Porque aunque había rivales muy potentes estábamos en condiciones de haber competido con cualquiera. La final de ese año fue para Brenda y Reina, quedando campeona la madrileña Brenda de los hermanos Sanz (buena gente). Después de aquella experiencia de ensueño Senda se quedó con nosotros, corrió y ganó alguna competición a nivel local de liebre mecánica, donde nunca perdió la codicia. Seguimos cazando y disfrutando de su manera de correr. A día de hoy, muy viejita y con las fuerzas justas sigue con nosotros y tiene una vida que muchas personas quisieran tener. Una curiosidad, de que el galgo nace y no se hace es que el año pasado en un paseo que estaban dando mis padres se arrancó una liebre a media distancia, Senda la vio y se arrancó a por ella. Todo lo que podemos decir de ella es bueno tanto como compañera de caza como parte de la familia que es.